La oreja de Van Gogh puso a volar sus “Cometas por el cielo” de Santo Domingo, una ciudad a la que trajeron su música por primera vez la noche del sábado.
La sala Carlos Piantini del Teatro Nacional fue el escenario en el que la banda de San Sebastián, España, mostró lo electrónico que puede llegar a ser.
En ese sentido, incluyeron entre los instrumentos un theremín, tocado por Xabi San Martín, tecladista del grupo. Esto, acompañado del excelente juego de luces discotequeras, beats y secuencias, propias de los espectáculos de djs, llenaron dos horas de una noche de música más bailable de la que están acostumbrados a ofrecer.
Con la buena onda que les caracteriza, llegaron al escenario pocos minutos después de las 9:00 de la noche, con la energía y la disposición con que se va a una fiesta, tocando “Día cero”, incluído en su nuevo álbum.
Canciones de ese disco como “Esta vez no digas nada” y “Promesa de primavera”, fueron combinadas con otras más conocidas como “Cuídate”, “Rosas” y “La playa”.
Pero no todo fue movido, ya que en un momento del espectáculo los cinco artistas pasaron al frente del escenario para hacer el momento acústico de la noche.
San Martín en los teclados, Alvaro Fuentes en la guitarra española, Pablo Benegas con un cavaquino, Haritz Garde, con un cajón gitano, y la voz de Leire Martínez, interpretaron las canciones “Paloma blanca” y “Deseos de cosas imposibles” Leire Martínez, voz del la agrupación, se movió como pez en el agua durante su actuación, con mucho ánimo, pero no sirvió para que el público mostrara mucho entusiasmo, cohíbidos probablemente por la solemnidad del Teatro Nacional. “¿No quereís bailaís?”, dijo al final del concierto la cantante, a lo que la audiencia se puso de pie, para disfrutar de la canción que da título a su último disco.
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